¿Te acordás cuando hablábamos de series?

Si mi memoria (y mi herramienta de búsqueda) no me falla, hace casi un año que no hablábamos de series. Hagamos una lista tentativa: Smallville, Dexter, Mad Men, Haven, Warehouse 13, Rubicon, Lie to Me, The Mentalist, CSI, Médium, True Blood… y siguen las firmas. Eso sí, nunca Lost, 24 ni The Big Bang Theory.

Para mí, las mejores de estos últimos años han sido Dexter, True Blood y Mad Men. Como podrán apreciar, mis gustos son bastante eclécticos. Salvo la primera, las otras dos han terminado su temporada por ahora. True Blood con una vuelta de tuerca, cada temporada agregando un personaje fantástico más. Pareciera que la próxima, la cuarta, tendrá como protagonistas a las hadas que, como corresponde a esta serie, nunca son tan bellas y tan buenas como se dice.
Mad Men, además de una producción excepcional por la reconstrucción de época y la forma que tiene de integrar los hechos históricos (la muerte de Kennedy, por ejemplo), te muestra cómo era originalmente el trabajo en una agencia de publicidad. Y, sobre todo, las relaciones sociales de la década del sesenta: el trato a las mujeres, a los negros, a los gays… Supuestamente acaba de terminar.
Dexter, por el contrario, recién empieza su quinta temporada y la gran diferencia de ésta con las anteriores es que esta vez el antagonista es él mismo. La historia de un sociópata a quien su padre adoptivo alecciona para poner sus instintos asesinos a favor de una justicia… personal y por mano propia, pero justicia al fin… es apasionante.
A Smallville la sigo por dos razones. La primera, porque Superman y Superboy forman parte de mi infancia. La segunda, porque ésta, la décima, es la última temporada. Ya apareció el traje, Clark en cualquier momento se lo pone y aprende a volar… o en el orden en que aparezca.
Y por ahora lo dejamos aquí. No va a faltar oportunidad de continuar con las opiniones. Espero tus comentarios.