Lo que nos depara 2013

Llamativamente, o no tanto, lo que podemos esperar del 2013 no es muy distinto de lo que fue sucediendo a lo largo del 2012. En los últimos dos o tres años han venido imponiéndose lenta pero persistentemente tres tendencias alrededor de las cuales giran todas las acciones que las empresas están emprendiendo y en las que están invirtiendo: movilidad, nube y social media. Y, como corresponde, no sólo que ninguna de estas tres es un fenómeno aislado, sino que otras disciplinas como conectividad, marketing y seguridad, entre tantas, adecuan sus actividades e inversiones alrededor de estas tendencias.

Nada de lo que se prevé para el 2013 es muy novedoso en términos de lo que las empresas están preparando para impulsar las tendencias de las que hablamos en el copete. Como alguna vez dijimos, la industria está en modo “si necesitamos más, hacemos más”. O sea, si se necesita más procesamiento, agregamos cores o GPUs (esto último, que fue novedad hace por lo menos tres años, ya no lo es más); si necesitamos más almacenamiento, comprimimos más los datos para que quepan más en menos espacio; si necesitamos más servidores, virtualizamos y metemos más en menos hardware… y así siguiendo.
Lo cierto es que los tres pilares sobre los cuales se asentará el futuro inmediato de la industria son la movilidad, la nube y los medios o redes sociales.
Por supuesto que ninguno de estos tres está aislado: sin la nube no serían posible la actividad social y sin los celulares y tablets, esa actividad social no podría llevarse a cabo tan intensamente.
En este contexto no es difícil predecir qué puede suceder en el 2013, especialmente en los primeros meses.
Es evidente que la industria de la movilidad apuesta fuertemente a Android, a pesar de la persistencia de un buen círculo de usuarios de iOS, que está bien establecido pero que no mueve mucho el amperímetro, y habría que ver con qué intensidad Microsoft y Nokia impulsarán Windows 8.
Las redes sociales siguen siendo el coto de caza más apetecible de las consultoras de marketing y de las agencias de publicidad, aunque lo cierto es que muchas de las plataformas más populares (Facebook, Twitter, Pinterest, Foursquare, etc.) todavía no encontraron el modelo de negocios más rentable; el fiasco de Facebook en la bolsa es un toque de atención para la industria.
También es cierto que gran parte de las actividades de comunicación y compartición virtuales se hacen a través de la social media y muchas empresas están observando con mucho detenimiento e interés ese desarrollo aunque, seamos francos, la mayoría de ellas no sabe muy bien qué hacer con ellas.
Finalmente, y a pesar de la creciente oferta, las empresas todavía se resisten (y con bastante fundamento, debo decir) a la cloud, especialmente si son pequeñas.
Probablemente lo más relevante de la resistencia sea la falta (a pesar de lo que las compañías proveedoras afirman) de una calidad de servicio adecuada y, sobre todo, una seguridad sobre la seguridad (con perdón de la redundancia) de los datos en ese espacio tan ambiguo como es la nube. No es menor la falta de una conectividad apropiada.
En síntesis, la tarea pendiente de las compañías proveedoras de servicios en la nube deben asegurar una calidad de servicio mínima y una seguridad máxima, especialmente ante un fenómeno cada vez más extendido, como es el de BYOD (bring your own device) que viene estimulado por la gran cantidad y variedad de dispositivos móviles.
El tema de las redes sociales merece un aparte. No son pocos los que creen que porque tienen una cuenta de Twitter o publican en un muro de Facebook, conocen suficiente sobre el uso y manejo de las redes sociales con propósito empresario o corporativo. Y lo peor es que las propias empresas clientes no saben que ese individuo no es competente. Varias son (y me consta) las que suponen que porque el sujeto en cuestión es joven y maneja la jerga, ya tiene las calificaciones suficientes para ser la “cara” de la marca en las redes sociales.
Las redes sociales son medios de comunicación y, como tales, deben estar insertos en las estrategias corporativas de comunicación. De nada sirve manejar la jerga (abreviaturas y faltas de ortografía incluidas) si el individuo en cuestión (llámese community manager, media manager, social media analyst, etc.) no conoce sobre estrategias de comunicación ni sabe lo que significa estar alineado con el negocio.
Dicho todo esto, espero que pasen excelentes fiestas y que el 2013 nos depare todo aquello que hemos estado esperando.
Felices Fiestas para todos y nos volvemos a encontrar en marzo.