Estimado Ricardo, como vas…? Tanto tiempo…!!!
Hace unos pocos días me han designado nuevo presidente del Consejo Profesional en Ciencias Informáticas de la Capital Federal por el período 2011-2014, y ya sabes, el CPCI es una asociación civil de más de 27 años de vigencia, que lucha por la reivindicación de los profesionales de la informática y los sistemas a través de una ley.
Me acompañan en este periplo, el ing. Andrés Bursztyn (UTN FRBA) en la vicepresidencia, y los amigos ingenieros Marcelo Estayno (UNLZ y Caece), Marcelo Zanitti (USal) y Dario Cardacci (UAI), entre otros, en las más altas posiciones directivas.
Los que estamos hace tiempo en la universidad hemos decidido acercarnos a los profesionales de una vez por todas.
Se viene discutiendo desde hace años a quien le corresponde la matriculación profesional de los más de 20.000 profesionales recibidos en universidades públicas y privadas en estas carreras, si a los contadores o a los ingenieros electrónicos, aunados éstos a los ingenieros en computación.
Ni a unos ni a otros.
Como muy bien lo marcó la CONEAU al diferenciar las profesiones al acreditar las carreras, en base a la Ley de Educación Superior, la Informática tiene vigencia propia a partir de sus titulaciones de Licenciados e Ingenieros en informática y en Sistemas de Información, en sus cuatro variantes.
Puede agregarse, si quieres, que esto abre un nuevo camino a los profesionales. Hasta ahora había una disociación entre un grupo de graduados y no graduados que “luchaban” por ser reconocidos y los que generábamos profesionales.
Bien, ese momento terminó. Las universidades (en todo caso, la mayoría de ellas) se ponen el objetivo de complementar la tarea de CONEAU de acreditar a la informática como “profesión de riesgo” (Art. 45 de la Ley de Educación Superior, Nº 24521) junto a las ingenierías, medicina y otras disciplinas evaluadas, buscando encontrar ahora un camino que les permita ejercer el control.
Como dije, es tarea difícil: existen intereses de varios sectores y de quienes no desean que algo se haga.
Pero en un momento de sindicalización, en un confuso mercado relacionado con este tema, es bueno dejar sentado que la informática es una actividad profesional y que desde la universidad se plantea el desafío de unión, ceñido a ingenieros y licenciados en informática y sistemas de información, tal como lo indica el Anexo V de la mencionada Ley.
Se puede disentir, pero es claro que los profesionales hoy no tienen su lugar y esperan obtenerlo.
Un abrazo,
Carlos Tomassino
Un par de veces tratamos el tema de la colegiación en Tecnozona y es un asunto muy controvertido, con la mitad de la biblioteca a favor y la mitad en contra. Esperemos que se resuelva de la mejor manera. Y felicitaciones por el puesto.
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Felicitaciones a Carlos por su designación, y ojalá que pueda trabajar por mejorar las condiciones de trabajo de los informáticos.
Lamentablemente, no tengo mucha esperanza de que lo intente, siquiera, ya que tanto él como el CPCI vienen insistiendo ya desde hace mucho con el tema de una ley como la que en Córdoba estableció la matriculación obligatoria de informáticos. Una ley por el estilo no sólo no ayuda a ningún informático de la provincia, sino que nos perjudica, erigiendo al CPCIPC en una casilla de peaje de la actividad y llevando a muchos informáticos cordobeses (¡como yo!) a una situación en la que violamos la ley todos los días por el solo hecho de brindar servicios que nuestros clientes están dispuestos y felices de contratarnos.
Organizarse para defender intereses comunes puede ser una buena idea. Reservar la informática a los miembros de una corporación no lo es.