CESSI: «Las universidades tienen que escuchar más a los alumnos»

Si hay algo en lo que todavía nadie se pone de acuerdo (y es porque cada uno de los opinantes apunta para su lado de la historia) es si la Universidad debe estar al servicio del sector empresario o si deber ser una generadora de conocimientos independientemente de cualquier situación laboral o social. Entre todas las posibilidades, una que se les ocurrió a la gente de la CESSI y que consensuaron con algunas universidades es colaborar en la propuesta, elaboracióny tutoría de las tesis de grado y posgrado de los alumnos. Algo va a salir de eso.

Alguna vez hicimos el comentario de que una (para nosotros mal llamada) universidad (con minúsculas) se parecía demasiado a un centro de capacitación de una empresa (que no vamos a mencionar), porque esta institución poco menos que había elaborado sus programas de enseñanza de acuerdo a las necesidades de esa compañía. Por supuesto que ese comentario me costó casi cinco años de “destierro”, pero ese es otro tema.
La cuestión es a qué debe responder la Universidad (ahora sí con mayúsculas), si a la necesidad social de crear conocimiento, si a las necesidades laborales de los alumnos o, más específicamente, a las de las empresas. Ese fue el núcleo alrededor del cual giró la temática que se conversó en la CESSI, a donde fuimos el jueves pasado, convocados con la excusa de dar a conocer “acuerdo de sinergia entre la Industria SSI y las universidades para apoyar el desarrollo de tesis y proyectos de investigación en conjunto”.
Por parte de la CESSI, la voz cantante la llevó Pablo Iacub, acompañado por José María Louzao, el Presidente de la Cámara y otros socios como Néstor Nocetti (Globant), Rubén Minond (Leviminond Consultora) y Carlos Anino (Synthesis), con la participación de Santiago Ceria, Director Ejecutivo de la Fundación Sadosky.
Por el lado de las Universidades, estuvieron (y opinaron) el Ing. Ricardo Popovsky (Rector de la UP), el Ing. Esteban di Tada (de la Escuela de Ingeniería de la UP), el Dr. Guillermo Sentoni (Secretario de Investigación y Transferencia de la Escuela de Ciencia y Tecnología de la UNSAM), Marcelo Estayno (de la UNSAM, y de la UNLZ) y Javier Zuñiga (Director de Ingeniería en Informática de la UADE). Fijate qué interesante, prácticamente todas privadas… Faltaba gente de la UCES y la CAECE, que también firmaron el acuerdo.
¿Y de qué se trata el dichoso acuerdo? de un Plan de Desarrollo Académico Aplicado a la Industria del Software y Servicios Informáticos. En síntesis, que los alumnos que tengan que hacer tesis, tesinas, trabajos prácticos y cualquier otra tarea relacionada con el grado (e’ anche el posgrado), las hagan con temas propuestos por las empresas asociadas a la CESSI y tutoradas por ellas. Y, de paso, si cabe, algún proyecto de investigación también será bienvenido.
Pero claro, la charla giró acerca de la disyuntiva que comentábamos más arriba, de cuál es, o debería ser, el rol de las Universidades con relación a las empresas, si deben ser sólo generadoras de conocimiento o deberían adaptar sus programas a las necesidades de recursos humanos de las firmas.
Fuera de las posiciones extremas, lo que sí quedó más o menos claro es que por una parte, las Universidades deben (deberían) actualizar sus currículas y, por otra, las empresas elaborar estrategias que le permitan a sus empleados seguir cursando las carreras sin que se afecte la productividad.
En fin, el debate da para largo y no se va a (no se puede) resolver en una conferencia de prensa, pero por lo menos, saber que lo están discutiendo, es un avance.

Me quedo con una frase de Popovsky: «Las universidades tienen que escuchar más a los alumnos y a quienes les van a dar trabajo, las empresas, en función de evaluar la calidad de la educación que están recibiendo»